Para clasificarlos, podríamos establecer tres tipos de ortodoncia distintos en función de su colocación y características.
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1- Ortodoncia mediante brackets externos: Es la más conocida tradicionalmente, y en la actualidad este tipo de tratamientos se pueden encontrar en distintos materiales, desde los ya conocidos brackets metálicos hasta brackets de zafiro, porcelana o cerámica que ofrecen un acabado mucho más discreto.
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2- Ortodoncia lingual: Consiste en la aplicación de brackets en la cara interna del diente, siendo por tanto invisibles desde el exterior. Su uso es mucho menos frecuente que el resto de opciones, y dado que se trata de una técnica menos desarrollada que el resto suele tener un coste más alto.
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3- Ortodoncia invisible Invisalign®: Este tratamiento ofrece una solución completamente invisible que utiliza férulas transparentes que se sustituyen constantemente hasta alcanzar la alineación deseada.
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Pero ¿Cuál es la mejor opción?
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Como siempre, la respuesta es que depende del caso y del problema a solucionar. Por ejemplo, los desplazamientos más leves serán fácilmente corregibles mediante Invisalign®, mientras que casos más avanzados de apiñamiento requerirán la aplicación de brackets e incluso otros sistemas complementarios.
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